Hostería Chukirawa Un destino para pasar en familia.
Hostería Chukirawa Un destino para pasar en familia.
La laguna de Quilotoa, catalogada por Twistedsifter entre las 15 de origen volcánico más hermosas del mundo, forma parte de un espacio natural protegido como es la Reserva Ecológica Ilinizas. Con aproximadamente 2 km de diámetro y 240m de profundidad, Quilotoa fascina a los visitantes por la variedad de tonalidades que adoptan sus aguas en el transcurso del día, dependiendo de la luz solar.
El encanto de la laguna de Quilotoa ha motivado la creación de diversas leyendas. Una de ellas, quizá la más conocida entre sus moradores, es la del “cóndor enamorado”. Se cuenta que tiempo atrás vivía en la zona una hermosa muchacha llamada Toa. Todos los días recorría los alrededores de la laguna pastando sus ovejas, alpacas y llamas.
Siempre la acompañaban sus perras Amapola y Azucena; mientras que desde el cielo, un cóndor la observaba con atención. Toa se acostumbró a la compañía del cóndor, que finalmente un día se posó ante ella para convertirse en un apuesto joven.
Éste le declaró sus amores y Toa no le fue indiferente. El amor de la pareja no contaba con la aprobación de los padres de Toa. El joven decidido a luchar por su amor, se transformó nuevamente en cóndor y juntos se alejaron de Quilotoa surcando los cielos para ser felices en otro lugar.
Quilotoa es una las comunidades que ha recibido la influencia artística del maestro Julio Toaquiza, pionero de las famosas pinturas de Tigua. Según cuenta el prodigioso artista, su vocación le fue revelada en sueños allá en los años setenta del siglo anterior.
Desde esos años, su arte se ha consolidado como una alternativa productiva para numerosas familias tanto en el poblado de Tigua como en otras comunidades de la parroquia Zumbahua. Sus pinturas han sido exhibidas tanto dentro como fuera del país, destacando ciudades como Washington y Paris.
Quilotoa es uno de esos lugares donde la ruralidad andina se percibe en cada rincón. El paisaje muestra la forma como el habitante se ha adaptado a las condiciones ambientales del páramo. La agricultura y crianza de animales domésticos como vacunos, caballos, mulares, llamas, alpacas, gallinas y cuyes son parte de la vida diaria de sus habitantes. La visita a Quilotoa es una magnífica oportunidad para entender la fortaleza de sus habitantes, quienes enfrentan un clima frío y seco, suelos poco aptos para la siembra y escasez de agua de riego.
Sin embargo, la participación de todos los miembros de la familia, además del uso de sus conocimientos y herramientas manuales, les permiten cultivar alimentos como la avena, cebada, cebolla, ajo y hierbas medicinales.